10 días de NBA
Reflexiones de Carlos Tanco, el host de tu pod preferido
Los primeros 10 días de NBA dejaron una cantidad de información para procesar inabarcable, como de costumbre. En un rápido y caprichoso resumen de estímulos asimilados se puede decir que:

- La batalla de Los Ángeles empezó como todos creíamos, con ventaja para los Clippers. Los Clippers son los Lakers.

- La pelea entre Karl Anthony Towns y Joel Embiid viene de antes, dos de los pivots más talentosos de la NBA son, también, bastante aniñados, y no se caen nada bien.
(Niños: así era la NBA de los 90 -la de los 80 era violenta de verdad-)
- Ben Simmons es australiano.
¿Les dijimos que Embiid y KAT son bastante infantiles? ¡Pelea de millenials! ¡Pelea de millenials!
Ya hubo un coach challenge que cambió el resultado de un partido. Portland logró dar vuelta un foul pitado en la última pelota a favor de Dallas y mantuvo la diferencia. Ganó Portland. No nos gusta el coach challenge, algo que ya dijimos pero nos explayaremos al respecto en el próximo episodio del pod.

Los Golden State Warriors terminaron oficialmente su temporada, y empezaron de manera brutal su necesario año sabático. Después de ser sacados de la cancha a pelotazos en 3 partidos (a Phoenix le duraron un cuarto nomás) y ser el peor equipo defensivo de la liga "light years ahead", Curry se fracturó la mano izquierda cuando Aaron Baynes se le cayó encima. Si los 130 pts por partido recibidos no eran suficientes, los dioses del básquetbol le tiraron los 130 kilos de Baynes sobre la mano de Steph, siguen cobrándose la felicidad acumulada durante estos 5 años.

Es la liga del robot

Empecemos por lo obvio: Kawhi Leonard es el mejor jugador de básquetbol del mundo. El nuevo dueño de la NBA. Retomó las cosas exactamente donde las había dejado y estampó sus gigantes huellas en el inicio de la temporada. El primer partido entre los Lakers y los Clippers fue una declaración de principios, una demostración de fuerza y dominio sordo, inexpresivo, impávido, otro rasgo jordanesco de Kawhi (además del midrange letal y la imposición física) es la manera imperturbable en la que ejerce su prepotencia.

El robot está de vuelta, y viene a comer del plato de Lebron James en el último tramo de su carrera y a quedarse con la ciudad de Los Ángeles, Hollywood incluido.
En nuestro último episodio del podcast, grabado al otro día del comienzo de la temporada, hablamos de la apreciable determinación de Kawhi Leonard a generar juego para los demás, el robot entró en una nueva fase de programación: playmaker. Todo esto, según nosotros, empezó en los playoffs de la última temporada, y se expuso especialmente a partir de las finales de conferencia, después haber cargado casi solo al equipo hasta esas instancias.

Martín Osimani hacía una precisión importante al respecto: Kawhi no es un generador de juego natural (como Lebron, Doncic o Curry), está en un proceso de transformación al playmaker, pero es una nueva prestación del robot, su naturaleza es de dominio mediante la anotación, y a partir de ahí agrega la siguiente capa de su juego de manera estructurada y sistemática. No hay en él un playmaker, está construyendo uno desde la programación.

A partir del minuto 31:21 se registra el diálogo al respecto:

Leonard evoluciona hacia esa nueva forma de impacto en el juego, con lecturas de la defensa y manipulación de las ayudas que le permiten alimentar al resto del equipo, mientras la NBA toma nota de ello.
(Leen la nota por acá)
En este video, Tim Legler explica la forma en que mató el partido inicial de la temporada contra los Lakers, y con ella la existencia de una nueva dimensión en su dominio. Por eso, una vez más, hay que enfatizar: es la liga del robot.
3 equipos, 3 comienzos

Un equipo que sí: Phoenix Suns

Récord 3-2 y triunfo sobre los Clippers con Kawhi. Más allá de la discusión sobre si son de verdad o no, algo que debido a la muestra pequeña con la que contamos es casi tan difícil de averiguar como la sustancia que eliminaron los diuréticos del organismo de DeAndre Ayton (suspensión de 25 partidos, se supone que la intención es tapar o eliminar alguna droga prohibida), hay una conclusión primaria indiscutible: los Suns juegan bien, son competitivos y divertidos. Se pasan la pelota y generan asistencias (28ast, 2º en la NBA), con movilidad y cortes al aro (2º en frecuencia de anotación con cortes en la NBA). Rubio es un base de verdad, serio, en el mejor momento de su carrera. Saric juega muy bien al básquetbol más allá de su inestabilidad en el tiro y la escasa movilidad de sus caderas. Aaron Baynes es un grande trabajador que entiende todo en defensa y en ataque, sin pelota y con pelota, especialmente útil para jugar handoff en la recurrente ofensiva cuernos de los Suns, además ahora tira de 3pts, se ve horrible pero funciona. Así es su tiro de 3pts y así es él.
Kelly Oubre anota en cancha abierta, en media cancha aprovecha los espacios para cortar al aro y anota, saca faltas, tira libres y anota (91% en 4.6 FTs por partido, es el que más veces va a la línea en Phoenix), Oubre produce puntos en todas las formas posibles, promedia 18.6pts en 31min. FG: 47%. Y Devin Booker por fin tiene compañeros de verdad que le permitan ser un arma ofensiva eficiente (24.5pts, 6ast, FG: 47%, 3PT: 42%). Al final tener un equipo integrado por jugadores profesionales de básquetbol es bastante bueno.

Un equipo que no: New Orleans Pelicans

Teníamos las expectativas un poco más altas para New Orleans. Algunos atenuantes a este inicio 1-4: Zion Williamson fue operado de los meniscos después del primer partido, ausencia de Jrue Holiday en 2 juegos (no pueden ganar sin Jrue, volvió contra los Nuggets y ganaron su primer partido), Favors dos partidos afuera day-to-day, E´Twaun Moore jugó sólo 12 minutos en lo que va de la temporada, Darius Miller no pisó la cancha (Aquiles), y Alvin Gentry está apretando todos los botones al mismo tiempo, un poco sobrepasado por los acontecimientos y la profundidad del roster.

A pesar de todo esto, son entretenidos, New Orleans es el equipo que más se pasa la pelota en la NBA, el qué más asistencias reparte (30.2 ast) y el que crea más puntos mediante asistencias (80pts por partido vienen de asistencias). Son un poco pequeños, a veces livianos, pero pueden mejorar. No maten al pelícano antes de ver lo que trae adentro del buche, hay razones para creer, y hay cosas para revisar a mediano y largo plazo. En nuestro próximo episodio del podcast hablaremos del dilema Brandon Ingram.

Un equipo que ¡otra vez! Sacramento Kings.

Si hubiera que resumir el inicio de temporada de los Kings a modo de cuento corto, sería algo así:

Todo era ilusión hasta que Buddy Hield mostró los dientes.
No es que la temporada se haya arruinado a partir de la declaración pendenciera de Buddy Hield, uno de los mejores tiradores de la liga (43% en triples en la última temporada), cuando dijo sentirse insultado por la primera oferta de extensión que recibió de Sacramento (o no conoce las generales de oferta y contraoferta en cualquier negociación, o su forma de negociar es agresiva y pública, y le gusta solucionar esa tensión por la vía rápida: el escándalo), pero fue el crujido inicial de una estructura que no ha parado de desmoronarse en las últimas dos semanas. La primera mordida en la manzana de la desgracia la dio Buddy, tiene sentido. A su favor debe decirse que en términos puramente personales le funcionó bastante bien su estrategia: extensión por +94 millones (86 + bonus) en 4 años firmada.

Lo que le siguió al llamativo evento fue una sucesión de hechos bastante parecida a un alud. Debut -30 vs Phoenix (95-124) y lesión de Bagley. Negación de Bogdan Bogdanovic a firmar su extensión. Inicio con 5 derrotas al hilo y el peor net-rtg de la liga.
La última caída fue contra los Hornets (el horror), en Sacramento, con abucheo de los gordos que comen pop en la tribuna. Todo esto en un equipo que aspira a pelear playoffs. No hay marihuana legal que arregle el ambiente tenso que se respira en Sacramento ahora mismo.

Parecía que estábamos ante una temporada feliz, de crecimiento y consolidación, de un equipo largo y competitivo, al punto que en un rapto de entusiasmo y ansiedad, sobregirados por la lectura de rosters y la imaginación febril agitada en la abstinencia, lo dimos como uno de los candidatos a quedarse con el 8º lugar que no iba a alcanzar Golden State. Por suerte para nuestra autoestima, nos bajamos a la semana de ese carro alegórico caótico que viene chocando Vlade Divac con su sonrisa indolente como bandera. Petrovic, sigue teniendo razón a más de 16 años de su muerte. Sí, a todos nos duele una metáfora de un vehículo que choca pegado al nombre Drazen, pero rostizar a Divac es una forma de celebrar al Mozart del básquetbol.
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Hasta la próxima. Consumí NBA sin moderación ✊

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